Ni jueces ni mossos pararán el movimiento

Ni jueces ni mossos pararán el movimiento

El movimiento por la vivienda de Catalunya, decenas de colectivos y entidades y cientos de personas que defendemos el derecho a la vivienda en este país, nos plantamos y denunciamos la situación de represión a la que nos somete el Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya

A través de la organización colectiva, el apoyo mutuo y la solidaridad, cada semana y cada día trabajamos para que todas las personas podamos acceder y mantener viviendas dignas y adecuadas donde construir y compartir nuestras vidas. Lo hacemos en las asambleas, lo hacemos utilizando todos los recursos a nuestro alcance, conociendo y haciendo valer nuestros derechos y, cuando es necesario, también poniendo el cuerpo cuando jueces y policías vienen a echarnos de nuestras casas. El desahucio es la expresión de la quiebra de todo un sistema que debería estar garantizando el derecho a la vivienda. Y somos nosotras quienes, ante la inoperancia de la Administración, nos plantamos ante la puerta de casa para defender nuestros hogares.

Su respuesta: multas y represión. Desde marzo de 2019, hemos contabilizado hasta 364 multas al movimiento por la vivienda, 351 de estas puestas en desahucios, que suman un total de 206.141,00 €, aunque sabemos que seguramente son muchas más. El Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya nos acusa de obstrucción, desobediencia y falta de respeto, amparándose en la ley mordaza. La misma ley que unos y otros han prometido derogar tantas veces es la que utilizan para acusarnos ahora e intentar atemorizarnos. Y lo hacen, además, enviando la Brimo y el ARRO, unidades de los Mossos d’Esquadra que también se comprometieron a retirar de los protocolos de ejecución de desahucios.

Ante esta situación, exigimos:

  1. Que se retiren inmediatamente todas las multas interpuestas a las personas que participaban en acciones para parar desahucios.
  2. Que no se impongan nuevas multas amparadas en la ley mordaza en los desahucios.
  3. Que la Brimo y el ARRO no sean utilizados para ejecutar desahucios en Catalunya.

Y, con estas exigencias, lanzamos también un mensaje muy claro. Las multas y la represión, los jueces y los Mossos, no han logrado parar hasta ahora a este movimiento, ni lo harán. Seguiremos en cada asamblea y en cada intento de desahucio, poniendo el cuerpo, el coraje y la inteligencia para que toda persona pueda tener un hogar digno y adecuado.

¡Ni mordaza, ni desahucios!

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