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El Gobierno de coalición repite el código de buenas prácticas con la banca que aprobó el PP

A falta de conocer el texto definitivo que salga del Consejo de Ministros, desde la PAH consideramos que el acuerdo anunciado no implica ninguna obligación real para la banca

Hoy hemos conocido el anuncio del Gobierno de un “principio de acuerdo” con la banca para, supuestamente, paliar la situación de miles de familias que ahora tienen problemas para pagar su hipoteca debido a la subida del euríbor en los últimos meses y por la situación de inflación generalizada. El acuerdo, anunciado por la ministra Nadia Calviño esta mañana, incluye medidas para rentas inferiores a 29.400€, que implican reestructuraciones, daciones en pago, carencias y traspasos a hipotecas de tipo fijo, etc.

Nuestra valoración -inicial- es la siguiente: en primer lugar, nos parece un fraude que el gobierno anuncie estas medidas a bombo y platillo cuando ni tan siquiera ha conseguido que la banca lo suscriba completamente. Esto nos recuerda al Código de Buenas Prácticas que el gobierno del Partido Popular firmó con la banca en 2012 para, supuestamente, «parar los desahucios» pero, como es bien sabido, los desahucios continúan hoy en día en un año 2022 que, a pesar del llamado «escudo social» del gobierno en vigor, se encamina a superar al 2021 con 10.816 nuevos desahucios registrados en el 2º trimestre. Por mucho que la ministra Calviño dé ultimátums a la banca para que lo suscriban, los bancos tienen total libertad para aplicar el acuerdo, por lo que entendemos que la ministra realmente no ha sido capaz de obligar a la banca a absolutamente nada, igual que el Partido Popular en su momento.

A falta de conocer el texto definitivo del acuerdo –que en cuanto lo tengamos haremos la valoración correspondiente-, todas las medidas que vemos recogidas en el anuncio son medidas ya conocidas por quienes llevamos años luchando contra los desahucios. Entramos al detalle partiendo de lo que conocemos:

Por un lado, hablemos de los supuestos de las familias beneficias: aquellas consideradas vulnerables, es decir, aquellas que ingresan menos de 25.200€ anuales (unos 1.500€ mensuales), y que dediquen más del 50% de sus ingresos a pagar la hipoteca. En este caso partimos de un supuesto que es irreal, puesto que difícilmente una familia podrá mantenerse con tan solo 750€ al mes para pagar suministros, alimentos y otros bienes básicos cuyo precio ahora está disparado por la inflación. Por otra parte, ¿qué pasa con aquellas familias que dedican un 45%? Que quedan totalmente desprotegidas a pesar de sufrir una sobrecarga en sus ingresos -recordemos que la ONU recomienda que el gasto en vivienda y suministros no debe superar el 30% de los ingresos. Respecto al segundo tramo, el de aquellos hogares con unos ingresos de 29.400€ anuales, con hipotecas que se hayan firmado hasta el 31 de diciembre de 2022 y cuya carga hipotecaria sea superior al 30% de su renta y, además, hayan tenido un aumento del 20% su gasto en la hipoteca. Si bien este tramo puede ser más realista que el anterior, las medidas propuestas para este colectivo se resumen principalmente en aumentar su deuda; no implica ningún alivio real para sus economías.

En general, nada ha cambiado: todo se resume en refinanciar la vivienda (con carencias, alargamiento de plazos, reestructuración de deuda, una dación en pago sin especificar, etc.) y endeudar todavía más a las familias, que en un futuro puede que se encuentren en la misma o peor situación que la actual. De la banca no podemos esperar ningún tipo de compasión ni buena voluntad: su negocio consiste en lucrarse a costa de nuestras necesidades básicas, como la vivienda. Es por ello que no confiamos en que la banca renegocie estas medidas sin ninguna contraprestación; no puede ser que el gobierno se dedique a anunciar paquetes de medidas presuntamente «beneficiosas» pero consensuadas solo con una de las partes interesadas.

No podemos dejar de recordar, además, que los gobiernos desde 2011 impusieron recortes a pensiones, salarios y servicios públicos, así como a los derechos sociales. Estos recortes no se han revertido y todos se siguen arrastrando. En agradecimiento, la banca continuó desahuciando desaforadamente, vendiendo lotes de casas embargadas a precios irrisorios a fondos buitre, y librándose de otras (los llamados «activos tóxicos») mediante el invento que nos «iba a salir gratis»: la Sareb. Por cierto, que el Gobierno sigue sin querer recuperar el préstamo de más de 66.000 millones de euros que costó el rescate bancario y que salió de nuestros bolsillos.

Por último, desde la PAH tenemos claro que las medidas anunciadas hoy por el Partido Socialista son un brindis al sol: si el gobierno no quiere dejar a nadie atrás tiene que impulsar medidas estructurales para abordar el problema del acceso a la vivienda. La oportunidad está ahí: la Ley de Derecho a la Vivienda sigue atascada en el trámite parlamentario porque precisamente el PSOE se niega a aprobar medidas de gran impacto en favor de la ciudadanía, como el alquiler social obligatorio para banca y fondos buitre, la suspensión de los desahucios sin alternativa habitacional y el control efectivo de los alquileres. Por todo ello, instamos a todas las familias que tengan problemas para pagar su hipoteca que se acerquen a nuestras asambleas, puesto que somos la única garantía que tienen de conseguir solucionar sus problemas sin tener que endeudarse -todavía más- en el futuro.

El nuevo protocolo de desahucios de Mossos es papel mojado

El protocolo prevé que los Mossos decidan si actúan con antidisturbios dependiendo del «riesgo»

Estos días atrás, en medio del ruido criminalizador “anti-ocupa o pro-desahucios”y la proximidad de las elecciones de fondo, la Conselleria de Interior ha presentado el nuevo protocolo de los Mossos para marcar su actuación en los desahucios. El protocolo, que fue una condición del acuerdo de investidura del nuevo Govern, llega tarde y mal. Y un día después de ser presentado, ya se ha demostrado que está muy lejos de ser una herramienta que limite los abusos de fuerza y las actuaciones irracionales de los Mossos d’Esquadra ante una violación de derechos humanos como son los desahucios, además de un intento de la Conselleria de Interior de desresponsabilizarse de las políticas de protección del derecho a la vivienda digna, que también le atañen, como parte del Gobierno de la Generalitat..

Debemos valorar y situar el nuevo protocolo en su contexto: con Catalunya siendo el territorio líder en desahucios (30% de los lanzamientos practicados todo el Estado), y en el marco de un ataque abierto y constante, por parte de la “coalición pro-bancos-buitres y anti-ocupas” (formada por VOX-PP, JuntsXCat y con el apoyo reciente de PSC-PSOE) a las personas vulnerables que ven su acceso al derecho a la vivienda una utopía cada día más lejana y no se les deja otra alternativa que entrar a vivir en pisos vacíos que las entidades financieras han dejado en desuso después de desahuciar a otras familias antes, para mal venderlo luego a fondos de inversión o a grandes propietarios.

En este contexto, de crisis habitacional grave y “demagogia política aporofóbica” en defensa del negocio de los grandes propietarios y los beneficios de las empresas de seguridad y “alarmas”, de entrada, este nuevo protocolo no modifica lo que desde las PAH catalanas y los movimientos por la vivienda llevamos mucho tiempo denunciando: la actuación sinsentido y mala praxis de aquellos que deberían velar por nosotras como ciudadanas. En lugar de protección, nos encontramos con arbitrariedad, abusos de autoridad, violencia física e incluso detenciones de activistas, como la semana pasada en Sabadell, en una acción stop desahucios de desobediencia civil pacífica (como lo son todas), ya con el nuevo protocolo en marcha.

Sobre el papel, el gran cambio pasa por que deja bien claro por escrito, lo que en la práctica ya pasaba. Lo ordene explícitamente un juez o no, las fuerzas del ‘’orden’’ pueden intervenir siempre que el jefe del dispositivo, o mandos superiores del cuerpo, valoren que existen “riesgos graves para la seguridad de las personas y los bienes”, “acciones que puedan comprometer el orden público” “acciones que dificulten o impidan la ejecución de la orden judicial”. En resumen: siempre que haya una convocatoria del movimiento por el derecho a la vivienda, allí estarán Brimo y ARRO para desactivar la defensa de los derechos fundamentales y facilitar que los grandes especuladores nos echen a la calle y sigan haciendo el agosto.

Además, nos produce una gran indignación que el Consejero de Interior afirmara en la rueda de prensa de su presentación que “el cuerpo de los Mossos d’Esquadra no desahucia, quién desahucia una persona vulnerable de su vivienda es una sociedad injusta”. Que el máximo responsable de la Policía y miembro del Gobierno catalán afirme eso, cuando la Generalitat es una de las máximas responsable en políticas de vivienda y está “fallando” en cada desahucio sin un realojo digno que ejecutan los Mossos, es sencillamente inadmisible.

Después de analizar leer el nuevo protocolo, reivindicamos:

  1. Antes de realizar un desalojo se debería informar a Servicios Sociales pero no quedarse sólo en este paso, que ahora se “protocoliza” pero que en la realidad no funcionará porque no hay pisos de emergencia; sinó hasta y para garantizar un realojo digno y adecuado a la familia.
  2. Suspensión de las actuaciones en los desahucios hasta que los grandes propietarios ofrezcan el alquiler social obligatorio. En casos de pequeños propietarios, es la administración la que debe garantizar el realojo antes del desahucio. Aunque algunos jueces tachen la Ley 24/2015 de administrativa, existen sentencias que dicen lo contrario. Aun así la Generalitat como responsable y administración pública -incluyendo los Mossos- debería de cumplirla a rajatabla.
  3. La presencia del movimiento social de vecinos o de personas solidarias pro derecho a la vivienda no debería de ser una causa para que venga la BRIMO para facilitar que la familia sea desahuciada. En todo caso su papel, en caso de que un juez ordene su presencia, debe ser levantar el acta pertinente sin entrar en la vivienda, controlar a la comitiva para su informe y trasladar a la Administración que se cuide del realojo cuando lo tengan.
  4. En ningún caso es necesario que se presente directamente la BRIMO a los desalojos como están haciendo todavía, ya que el movimiento de vivienda siempre actúa en situaciones donde hay riesgo, no para la comitiva judicial, sinó para personas o familias que son vulnerables. Nace con baja credibilidad un supuesto “protocolo social” que estando ya en vigor, no se respeta.
  5. Activar inmediatamente un “Plan de Choque” para poner la mesa de emergencia de Catalunya y las municipales a cero a través del aumento urgente del parque de vivienda social. Es responsabilidad de la Generalitat realojar, no desalojar, a las 1.600 personas con resolución favorable de la mesa a nivel catalán, además de las que se enfrenten a nuevos desahucios y estén en exclusión residencial.

Si la labor de los Mossos es hacer cumplir la ley, ante un desahucio quien la incumple es la propiedad o la administración, en ningún caso el derecho a protesta de las personas solidarias con quienes menos tienen y han sido abandonadas por la administración. Por qué la Consejería argumenta que no se  pueden incumplir las leyes y mandatos judiciales pero ejecuta desahucios de grandes tenedores que incumplen de forma flagrante la ley antidesahucios catalana? La ley catalana 24/2015 es clara y está dotada de mecanismos para evitar cualquier desahucio. ¡Cúmplanla y háganla cumplir!

Aunque nos alarma el reconocimiento de la inexistencia de actuaciones policiales de desahucio no protocolizadas, que explica el desbarajuste de las actuaciones policiales precedentes, y aspiramos a acabar definitivamente con los desahucios; exigimos que la Consellería de Interior dé un paso real para dejar de considerarlos como una “frívola” cuestión de orden público o ejecución judicial, integrando de forma valiente la visión y actuación social en el centro. Somos conscientes que puede haber resistencias, pero es una demanda de mínimos que lo que la sociedad reclama.

Para nosotras, las personas son lo primero. Porque no escogemos dejar de pagar, no escogemos vivir en precario (ocupar). La situación es muy difícil para todas las personas que por una razón u otra vivimos en el umbral de la pobreza. No somos culpables, somos víctimas de un capitalismo depredador y salvaje, así como de los poderes públicos que no garantizan ni los derechos  fundamentales.

Los últimos años, con una nueva recesión debido a la pandemia y a la guerra, hemos visto como la vivienda sigue subiendo de precio mientras se consuman retrocesos en políticas sociales. Necesitamos más leyes, políticas, viviendas sociales y presupuesto público para evitar que nadie se quede en la calle, no herramientas para facilitar los desahucios.

No escogimos vivir así. 

Por eso desde las PAH Catalanas manifestamos nuestro rechazo a este protocolo y exigimos su corrección inmediata con criterios sociales y de derechos, en el marco de unas políticas urgentes, reales e integrales por el derecho a la vivienda.

Datos del 2º Trimestre del CGPJ: los desahucios que no cesan

Los desahucios que no cesan: mientras el PSOE bloquea la denominada Ley por el Derecho a la Vivienda, las cifras de desahucios se mantienen. Según datos del CGPJ hechos públicos el 5 de octubre, en el 2º trimestre del presente año, se han ejecutado 10.816 nuevos desahucios, de los cuales 2.377 han sido consecuencia de impagos de hipoteca7.871 por impagos de alquiler y 568 por otras causas; y esto, a pesar del escudo social vigente desde enero de 2021.

Esto último nos confirma tres importantes aspectos:

  1. España continúa incumpliendo su obligación con Europa de no desahuciar a gente vulnerable sin alternativa habitacional
  2. Que dicho escudo social, como venimos denunciando, es manifiestamente insuficiente, y
  3. Que cuando ese insuficiente escudo desaparezca, las cifras de desahucios pueden superar ampliamente las de los años 2011, 2012, 2013, 2014, los peores de la crisis anterior.

Mientras se producen más de 117 desahucios/día, seguimos con la Ley por el Derecho a la Vivienda bloqueada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, por la negativa del PSOE a aceptar 3 aspectos imprescindibles para que la ley tenga utilidad para el ejercicio de este Derecho, amparado por el art. 47 de la Constitución. Estos son:

  1. Que se establezca a grandes propietarios de vivienda (más de 10) la obligación de ofrecer alquiler social, antes de interponer demanda por desahucio. Esta medida, vigente en Catalunya, ha evitado más de 1.000 desahucios/año desde que está en vigor.
  2. Que incluya mecanismos de control de los precios del alquiler que afecten a todos los propietarios, para que, como manda el art. 47 de la Constitución, se evite la especulación.
  3. Que se transfiera de inmediato todo el patrimonio de la Sareb a los Parques Públicos de Vivienda de las CCAA como inicio de la generación de dichos Parques.

En paralelo, el PSOE compra el discurso de las derechas y presenta iniciativas legales para desalojos exprés en casos de usurpación, a pesar de que bastantes jueces de distintas posiciones ideológicas han manifestado que disponen de suficientes instrumentos legales para proteger la propiedad. Con estas medidas, el PSOE busca sobreproteger a fondos y bancos, principales “perjudicados” por esas situaciones, a las que se ven abocadas personas vulnerables, a quienes los poderes públicos niegan cualquier alternativa habitacional.

En la actual situación de inflación y de subida de tipos de interés, desde la PAH exigimos que se limite el efecto de la subida del euríbor en las renovaciones de las hipotecas a tipo variable, así como que se limiten las subidas de los alquileres en sus renovaciones. La PAH y demás organizaciones del movimiento por el Derecho a la Vivienda, llevamos en movilización desde que el 30/9/21 registramos nuestra ley, que el Congreso rechazó el 14/12/21. Nos hemos movilizado en Valencia el pasado 29/9, en Madrid el 3 del presente mes; y nos vamos a seguir movilizando en cada territorio, señalando a los culpables del bloqueo de una ley, que el propio Gobierno denominó con el nombre de Ley por el Derecho a la Vivienda.

Pedimos, por ello, a los partidos que nos han venido apoyando, que no voten la aprobación de los Presupuestos hasta que no se desbloquee esta ley, y se garantice que va a servir para el ejercicio de este Derecho.

Organizaciones sociales y partidos políticos acorralan al PSOE en las negociaciones de la Ley Vivienda

Las consecuencias de la inflación y el encarecimiento de los precios están llevando al límite a millones de hogares españoles que ya no llegan a final de mes. En este contexto de emergencia, en el que el precio del alquiler continúa subiendo y los desahucios continúan ejecutándose, el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos sigue enrocado en las negociaciones del proyecto de Ley de Vivienda estatal y se mantiene inamovible frente a la petición de los grupos políticos y las organizaciones por el derecho a la vivienda de incorporar dos enmiendas claves: la obligación de ofrecer alquiler social a las familias vulnerables antes del desahucio y la regulación efectiva de los precios del alquiler.

Frente a este panorama, esta mañana varias organizaciones, entre las que destacan los Sindicatos de Inquilinos, la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca, los sindicatos laborales (CCOO, UGT y Confederación Intersindical), Amnistía Internacional, Observatorio DESC y la Mesa del Tercer Sector (entre muchos otros), se han reunido en representación de la plataforma Iniciativa Ley Vivienda con los portavoces de los partidos del bloque de investidura. En la reunión se les ha pedido que presionen al Gobierno para que se desencallen las negociaciones cuanto antes, de forma positiva; esto es, incluyendo en la ley medidas que justifiquen el nombre de Ley por el Derecho a la Vivienda, que desde el Gobierno se le otorgó.

Al finalizar la reunión, los portavoces de ERC, EH Bildu, Unidas Podemos, BNG, Más País y CUP, han hecho declaraciones junto a las portavoces de la Iniciativa Ley Vivienda, comprometiéndose públicamente a no dar el sí a la ley si esta no sirve efectivamente para garantizar el derecho a la vivienda y proteger a la mayoría de la población frente a la especulación inmobiliaria.

El secretario de Vivienda se niega a aprobar medidas de emergencia para proteger de la inflación a los hogares

El pasado jueves David Lucas, secretario General de Vivienda, se reunió tanto con los Sindicatos de Inquilinos como con la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca, quienes, en sendas reuniones exigieron a Lucas que el Gobierno tome medidas de emergencia en materia de vivienda para frenar las consecuencias de la inflación sobre las economías domésticas.

Para proteger a los hogares inquilinos frente a subidas de alquiler y revertir la asfixia económica agravada por la inflación, los sindicatos han propuesto a Lucas un conjunto de medidas coyunturales y temporales que deberían aprobarse urgentemente en el marco de las medidas anticrisis en el próximo paquete. En primer lugar, exigen la congelación de los alquileres a través de prórrogas obligatorias de contratos para evitar subidas o expulsiones en las finalizaciones de contrato, como ya se están viviendo. En segundo lugar, las actualizaciones interanuales de los precios del alquiler, antes vinculadas con el IPC y ahora limitadas al 2%, deben eliminarse, es decir, pasar al 0%. Por último, exigen revertir las actualizaciones de alquiler realizadas desde el 31 de octubre del 2021 hasta marzo de 2022.

Por otra parte, las medidas de protección frente a los desahucios vigentes son claramente insuficientes, como demuestran los 52.161 ejecutados a pesar de esas medidas entre enero de 2021 y marzo de 2022. Son necesarias medidas de urgencia, como congelar el incremento de las cuotas hipotecarias (aquellas que les toque revisión en los próximos meses) y de los alquileres, y aumentar el alcance de las medidas antidesahucios, prohibiendo expresamente todos los que afecten a familias vulnerables sin alternativa habitacional digna. Medidas similares se han aprobado ya en Escocia y van camino de aprobarse en Alemania.

Pero estas medidas de carácter temporal no serán suficientes, por lo que son imprescindibles medidas estructurales que deben incluirse en la próxima Ley por el Derecho a la Vivienda, como las que hemos aportado en forma de enmiendas al proyecto de ley del Gobierno y que llegan avaladas por 9 formaciones políticas del Congreso.

Una Ley Vivienda efectiva: la única forma de proteger a los hogares

Frente a la negativa de Lucas de implementar medidas urgentes para hacer frente a la situación de inflación y asfixia económica de los hogares, la única vía posible es la aprobación de la Ley Vivienda. El único consenso posible, tal y como han manifestado hoy los grupos políticos, es la incorporación de medidas que hagan de la Ley un texto realmente efectivo que acabe con las subidas de los alquileres, proteja a los hogares frente a los desahucios e incorpore las viviendas de la Sareb al parque público de vivienda. Cada día que pasa sin que se apruebe la Ley Vivienda, el Gobierno está escogiendo defender los intereses de la patronal inmobiliaria frente a la protección que precisan miles de hogares.

Se amplía la moratoria estatal para algunos desahucios de alquiler y ocupación hasta el 31 de diciembre de 2022 

El pasado sábado se anunciaba desde el Gobierno de España el nuevo Real Decreto-ley 11/2022, de 25 de junio, por el que se adoptan y se prorrogan determinadas medidas para responder a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, para hacer frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica, y para la recuperación económica y social de la isla de La Palma.

En materia de vivienda, se detalla que se prorrogan las medidas del Decreto-ley 11/2020 que el Gobierno aprobó, el 31 de marzo 2020, por el que se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente a la COVID-19. En un primer momento, la moratoria de desahucios solo cubría lanzamientos de alquiler y exclusivamente para familias afectadas directamente desde un punto de vista económico por la crisis del coronavirus.

No obstante, a finales de diciembre de 2020 se aprobó una ampliación para cubrir algunos casos de ocupación/recuperación de vivienda y extenderlo a familias en situación de precariedad antes de la pandemia.

La moratoria antidesahucios ha ido ampliándose en el tiempo y actualmente mantiene las medidas vigentes hasta el 31 de diciembre de 2022. 

A continuación, algunas informaciones y documentos útiles para acogerte a estas medidas y evitar quedarte en la calle en los próximos meses.

Desde la PAH celebramos que las medidas que han ayudado a suspender algunos desahucios de alquiler y ocupación de familias vulnerables se prolonguen en el tiempo. Esta moratoria ha servido para ganar tiempo a algunas familias a exigir una solución definitiva para sus casos, ya que suspender un desahucio es un parche y esta medida debe de venir acompañada de una alternativa habitacional. Y por otro lado, como hemos mencionado en repetidas ocasiones, la moratoria antidesahucios es insuficiente, ya que muchas familias vulnerables sin hijos a cargo, por ejemplo, o de personas mayores, aun teniendo un informe de servicios sociales que avala su vulnerabilidad, no pueden acogerse a la medida y son desahuciadas de sus casas sin tener ningún sitio donde ir. Solo hay que recordar los más de 41.359 desahucios ejecutados en España en 2021 o las más de 1.755 familias de Barcelona que perdieron su casa en el mismo año con la moratoria en vigencia.

Está claro que se sigue vulnerando el derecho a la vivienda de miles de familias y que ha llegado la hora de afrontar la situación desde el gobierno español, no se puede ir alargando la moratoria sin tomar otro tipo de medidas. Desde la PAH exigimos que se incluyan en la Ley de vivienda las siguiente medidas:

  • Garantizar el derecho subjetivo a una vivienda. La ley debe reconocer el derecho subjetivo de toda la ciudadanía y residentes en el Estado a una vivienda.
  • Regular el precio del alquiler y que este sea una opción segura y estable. Hay que bajar los precios de todos los alquileres por debajo de las medias actuales, modificando los criterios de declaración de «zona tensionada«, y que esta declaración sea de aplicación inmediata y con sanciones para los arrendadores que se lo salten.
  • Stop desahucios y alquiler social obligatorio. Es necesario paralizar todos los desahucios de familias vulnerables. También hay que incluir la obligación de ofrecer alquiler social en el caso de bancos y grandes propietarios y realojo por parte de la Administración en casos de pequeño propietario, con el régimen sancionador correspondiente.
  • Ampliación del parque público. Es necesario un compromiso para ampliar hasta el 20% el parque público de vivienda en 20 años, a través de la regulación de la cesión obligatoria de vivienda vacía de bancos y fondos de inversión; de más mecanismos para prohibir la venta de vivienda pública y del fomento de su inmediato aumento. Es necesario que todos los pisos en manos de la Sareb se pongan a disposición de la ciudadanía a través de las diferentes administraciones, en vez de transferirse a manos privadas, tal y como está pasando actualmente.
  • Responsabilidad limitada, medidas contra el sobreendeudamiento y segunda oportunidad. Es necesario que la responsabilidad quede limitada exclusivamente al bien hipotecado. Hay que regular la dación en pago y el mecanismo de segunda oportunidad real para evitar la pérdida de la vivienda habitual.
  • Suministros. Es imprescindible prohibir los cortes de agua, luz y gas a familias en situación de vulnerabilidad y establecer una tarifa social progresiva en función de sus ingresos.

Incluir estas seis medidas en la futura Ley Estatal de Vivienda permitiría sentar las bases del quinto pilar del estado del bienestar del que habla tanto el presidente Pedro Sánchez. Sin ellas, este pilar no existirá y continuaremos en la espiral de aumento de la pobreza y la precariedad. Y es que estas medidas son fruto de la experiencia de 13 años de lucha, de ponerlas en práctica a través de la desobediencia civil pacífica y de los cambios legales logrados en CCAA que demuestran su eficacia. Ahora queremos extenderlas a todo el territorio español. No podemos perder esta oportunidad, la ciudadanía no lo entendería: necesitamos una ley que garantice el derecho a la vivienda.