El último desahucio de la temporada, antes de las vacaciones de los juzgados, termina con una muestra más del poder de la ciudadanía organizada ante leyes injustas y la perversidad de los especuladores
No podíamos despedir el curso sin, una vez más, hacer historia. Así como suena. Por primera vez, la PAH hemos conseguido parar un desahucio abierto: esos que, con otras palabras más bonitas pero igual de brutales, dicen “a partir de tal día podemos ir a echarte de tu casa cuando nos dé la real gana”. Si ya es psicológicamente durísimo imaginarse la pérdida del hogar, como ejemplifican los numerosos casos de angustia y depresión que vemos en nuestras asambleas, no saber siquiera cuándo se va a producir el momento concreto resulta devastador.
La violencia inhumana de los juzgados, toca su máximo esplendor con esta practica, que únicamente está pensada para evitar la movilización pacífica de aquellas que cada día nos plantamos en la puerta para defender a las familias y evitar que sean echadas a la calle sin pudor. Hay que desahuciar sí o sí y seguir protegiendo y fomentando la especulación con los precios de la vivienda o su transformación en apartamentos de lujo o turísticos, sin importar las vidas que haya en juego.
Pero no cedemos ante la política del miedo: han sido doce días de resistencia, de gente haciendo turnos y en ocasiones quedándose a dormir en la vivienda para que Nadia y su familia estuvieran siempre acompañadas, para que, vinieran cuando vinieran a intentar desahuciarlas, estuviéramos preparadas. Nos han hecho esperar y hoy finalmente ha venido la comitiva judicial en la última oportunidad que tenían antes del cierre de los juzgados durante el mes de agosto, pero no nos han pillado por sorpresa: algunas nos hemos quedado a dormir en casa de Nadia, otras hemos llegado desde las primeras horas de la madrugada por si la policía bloqueaba las calles, algunas menos madrugadoras han ido viniendo según avanzaba la mañana. Con alegría y decisión nos hemos juntado un centenar de personas de varias PAHs, otros colectivos por el derecho a la vivienda, vecinas… Había mujeres y hombres, gitanas y payas, jóvenes y no tanto, gente nacida aquí y de otros continentes, unidas solidariamente a una familia a la que algunas ni siquiera conocían personalmente pero por cuya defensa estaban dispuestas a ponerse delante de antidisturbios si hiciera falta.
Llegó la comitiva, la propiedad dispuesta a ejecutar el desahucio y dejar a una familia con dos menores (uno de ellos con discapacidad) en la calle. Tan dispuestas como para haber activado a los Mossos d’Esquadra para venir a tirar la puerta abajo. Lejos de echarnos atrás, estábamos dispuestas a oponernos de forma pacífica pero contundente, a la barbarie cotidiana, como hemos venido haciendo desde hace nueve años: poniendo nuestros cuerpos y nuestra voluntad, bloqueando la entrada al portal, bloqueando la escalera, bloqueando la puerta del piso. Iban a tener que sacarnos a rastras una por una…, y cien personas son muchas para arrastrar, con todo un barrio mirando y apoyando desde los balcones. Han decidido no hacerlo y posponer el desahucio hasta el 3 de septiembre, con lo que una vez más se demuestra lo que ya sabemos: la injusticia y la política del miedo no pueden nada contra la legitimidad y el valor de la ciudadanía organizada. Hoy Nadia, su marido y sus niñas dormirán en su casa.
Pero la historia no acaba aquí, necesitamos garantizar un realojo para Nadia, quien llegó a esta situación hace año y medio cuando la propiedad optó por subirle desorbitadamente el alquiler, sabedora de que no lo podrían pagar y así promover una expulsión más para poder especular con el piso. Una simple renovación al mismo precio y Nadia seguiría pagando y feliz con su familia en su casa.
Nadia ha agotado todas las vías administrativas para solucionar esta situación. Tiene un piso de la Mesa de emergencia, concedido hace más de un año, un piso que no llega. A esta familia solo le queda un camino: la resistencia, la lucha, la perseverancia. No están solas. Ayer después del desahucio tomamos la Oficina d’Habitatge de Ciutat Vella, nos reunimos con Javier Burón, responsable de la Mesa de emergencia; mañana nueva cita en Servicios Sociales… Tenemos un mes para volver a evitar que se repita el sin vivir que llevan meses sufriendo, con 4 desahucios ya parados gracias al empoderamiento y la solidaridad de la sociedad civil, frente al inmobilismo administrativo.
#SoluciónParaNadia
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La propiedad quiere ejecutar #SolucionParaNadia con dos menores y sin realojo.
Está llegando la brimo para sacar a una familia a rastras de su casa pic.twitter.com/Mxc1Xp7q9Q
— PAH Barcelona (@PAH_BCN) July 31, 2018
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