Tras una década de lucha social, llegó la hora de hacer justicia con las familias afectadas por la usura de la banca y las leyes criminales
El 18 de septiembre de 2018, pasará a la historia en la lucha de los derechos civiles de nuestro país como el día en que el Congreso tomó en consideración la Ley de emergencia habitacional para familias vulnerables en el ámbito habitacional y de la pobreza energética, más conocida como la Ley de Vivienda de la PAH.
Justo cuanto se producen 10 años del estallido de la crisis financiera y la burbuja inmobiliaria, más de 700.000 desahucios después, otros tantos centenares de miles de familias que han estado o están al borde del desahucio, una incierta cifra de suicidios pero que supera seguro varios miles, después de toneladas de sufrimiento injusto, injustificable, inhumano e irracional, por fin la representación de la ciudadanía ha decidido estudiar las propuestas de la PAH, elaboradas con la auténticas conocedoras de los devastadores efectos de la crisis, la estafa hipotecaria o la actual burbuja del alquiler: las familias afectadas.
En una situación de absoluta emergencia habitacional, con cerca de 16.000 desahucios solo en el primer trimestre de este año, con unos precios y una regulación del alquiler que está expulsando a la gente, no solo de sus casas sino también de sus barrios y ciudades, precarizando aún más las condiciones de vida, con unos precios de compra subiendo al ritmo de los años de la burbuja, y sin un parque público de vivienda social en regimen de alquiler que frene las subidas, con unos fondos buitre que no paran de acaparar vivienda a precios de saldo, pero que no sacan al mercado para especular con ellas; y un oligoplio energético que inpunemente no duda en cortar los suministros básicos de agua, luz y gas, condenando a una vida de frío y oscuridad. Este es el contexto en el que ¡ya era hora! Se escuchan nuestras propuestas.
La Ley de Vivienda de la PAH es una propuesta de Justicia Social que nace del sufrimiento, pero que constituye la única esperanza para conseguir que el acceso a la vivienda en este país pueda dejar de depender exclusivamente del nivel de renta de las familias, y llegue algún día a ser considerado como un Derecho exigible por la ciudadanía.
Vamos a estar muy pendientes del trámite de la ley, no vamos a consentir que, vía enmiendas, puedan desnaturalizar el espíritu, los contenidos o el alcance de nuestra ley. Ni tampoco que con argucias retrasen su aprobación definitiva, que esperamos no más allá de la próxima primavera, porque la situación es dramática.
Vamos también en paralelo, a pelear por otras medidas también imprescindibles, pero que por razones jurídicas no cabían en la ley, como la retirada inmediata de los recursos de inconstitucionalidad contra todas las leyes autonómicas que interpuso el gobierno del PP, vamos a exigir el cumplimiento inmediato del dictamen del Comité DESC de la ONU, a pelear por una reforma fiscal de la vivienda que saque al alquiler los 3,5 millones de casas vacías que hay según el INE…
Y aunque somos fuertes, este camino no lo vamos a hacer solas, sino de la mano de la Alianza contra la Pobreza Energética, que ya colaboró en el redactado de la Ley, y del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos. Colectivos sociales, que junto a la PAH, luchan por el Derecho a la Vivienda Digna y Adecuada en este país; así como un gran número de movimientos sociales que nos han acompañado en este proceso y continúan estando a nuestro lado.
Largo ha sido el camino desde que la PAH nació en febrero de 2009, dispuesta a cambiar las cosas, a revertir los sentimientos de culpa, vergüenza y miedo de las familias afectadas, hacia el empoderamiento, y hacer entender que no somos culpables, sino víctimas de un sistema dominado por la banca y unas leyes de vivienda totalmente criminales.
El objetivo principal estaba claro, lograr un nueva legislación.
Nos decían que era imposible, que las cosas eran así, que no las podríamos cambiar, pero nosotras sabíamos que lo imposible solo tarda un poco más. Alzamos la voz y con paso firme llegamos al Congreso.
Hoy arranca una etapa de esperanza, una oportunidad para reparar una injusticia histórica y evitar que se repitan los devastadores hechos que nos han traído hasta aquí.
¡Sí se puede! #YaEraHora