Este jueves a las 9 h, en el barrio de Sant Andreu, la PAH de Barcelona tiene una cita capital: tenemos que ser muchas para conseguir detener el 4º intento de desahucio de Matías. Bankia, pese a ser actualmente una entidad rescatada con nuestro dinero, sigue reclamando una deuda ilegítima a Matías y su hija, a la vez que pretende desahuciarlos sin ofrecer la posibilidad de permanecer en régimen de alquiler asequible.
Lugar: calle Gran de Sant Andreu, nº 470, Barcelona (Metro Torras i Bages). Hora: 8:30 h
Este desahucio es especialmente importante para la PAH de Barcelona:
En primer lugar, porque el caso de Matías es un caso emblemático: si Matías dejó de pagar fue porque la crisis hizo imposible que él pudiera hacer frente a la hipoteca; el negocio que tenía como autónomo quebró y actualmente ingresa la ayuda mínima de 400 €, con un hijo menor a su cargo. Caja Madrid, hoy Bankia, ha abusado de una legislación injusta y ha aprovechado la desgracia de Matías para adjudicarse su vivienda por la mitad de su valor, aunque en el mercado vale mucho más, reclamando más de 200.000 € a él y a su hija, a la que incluyeron como avalista sin informarla de todas las consecuencias posibles.
En segundo lugar, porque Matías es un buen compañero y un ejemplo de compromiso y solidaridad. En los últimos dos años, desde que se acercó a la PAH de Barcelona, Matías ha tenido muy claro que no existen soluciones individuales y que hay que luchar para cambiar unas leyes injustas. Ha batallado por su caso, pero también ha ido a todas las convocatorias para parar desahucios, ha acompañado siempre que ha podido a otras compañeras a negociar con la entidad financiera, así como no ha parado de recoger firmas para la Iniciativa Legislativa Popular. De hecho, es el fedatario de la PAH Barcelona que más firmas ha recogido él solo. Matías es un ejemplo para todas nosotras y, ahora más que nunca, no lo dejaremos solo.
En tercer lugar, porque este es el cuarto intento de desahucio de Matías y su hijo, y en esta ocasión el juzgado ha ordenado la intervención policial. Después de detener el desahucio en tres ocasiones gracias a la movilización de vecinos y vecinas, así como de la PAH Barcelona, Bankia se mantiene en su arrogancia y no cede. No aceptan la condonación de la deuda ni la posibilidad de un alquiler, y piden al juzgado el desalojo de Matías sin contemplaciones. La única manera de parar este desahucio es sumando tanta gente ante la puerta de Matías que la misma policía aconseje al juzgado suspender el desahucio.
Exigimos a Bankia que rectifique inmediatamente, condonando la deuda ilegítima que ahora reclama a Matías y a su hija y ofreciendo la posibilidad de un alquiler asequible. Exigimos a los juzgados que dejen de hacer el trabajo sucio a las entidades financieras vulnerando derechos fundamentales: ya sería hora de que los funcionarios judiciales y policiales comenzaran a plantearse la objeción de conciencia, recordando que los derechos humanos están por encima de cualquier ley estatal. Exigimos al Ayuntamiento de Barcelona que no se limite a ofrecer un piso de realojo en mal estado: Matías tiene derecho a vivir en su casa y no marchar del barrio en el que lleva viviendo 40 años. Exigimos al Ayuntamiento y a la Generalitat que no se laven las manos limitándose a hacer declaraciones de buenas intenciones y medidas parciales que no atacan el problema de raíz: hay que afrontar el conflicto y, por tanto, obligar a las entidades financieras a cambiar radicalmente de política, deteniendo las ejecuciones hipotecarias, los desahucios, condonando deudas ilegítimas y poniendo en alquiler asequible los miles de pisos vacíos que acumulan. Finalmente, exigimos al Gobierno estatal que deje de premiar a los responsables de la crisis y escuche de una vez las demandas sociales, regulando la dación en pago retroactiva, la moratoria de los desahucios de viviendas habituales y el alquiler social de las viviendas vacías que acumulan las entidades financieras como Bankia.
Por nuestra parte, garantizamos que no nos rendiremos y mantendremos firme nuestro compromiso con la justicia social. Nos va la vida y la dignidad, y por tanto, si las administraciones no responden a las demandas ciudadanas, será la ciudadanía la que ponga en marcha un plan de rescate ciudadano.