Somos la gente. Que pone manso, cabezas, horas y sueños y transforma Barcelona. También la que participa, suma, disfruta y sostiene futuros deseados.
Somos amor. Como el de en Joan cuando, cansado de trabajar, va de voluntario para acompañar Lola, una de tantas madres sin trabajo que ha ido a firmar la dación en pago.
Somos una sonrisa. Como Laia cuando, después de meses de angustia para no poder pagar el alquiler y recibir orden de desahucio, ha conseguido pararlo y firmar un alquiler social garantizando el techo de sus hijos.
Somos espontanies. Una reivindicación, una frase a la pared, un pahncarta, un grito para hacer un mundo más deseable.
Somos luz. Porque Nàdia ilumina la oscuridad solucionando su problema de pobreza energética.
Somos auténticas. Porque en Jaume, volcado a recuperar el piso ocho de un banco, construye un nuevo futuro regularizando su situación con un realojo administrativo.
Somos besos y abrazos. Tú, yo, ellos, nosotros, hacemos una vida que no discrimina por sexo, edad, situación, raza, cultura o religión.
Somos proximidad. Como el abuelo Alfredo, que sigue implicándose en las entidades del barrio para hacerlo más accesible a todas las personas.
Somos solidaries. Como la Nofar, que, a pesar de que todavía no habla bien nuestro idioma, se involucra con otras personas para garantizar los derechos de todas.
Somos riqueza. La justa, la humana y sostenible. La que produce justicia e igualdad. Como Berta, que podrá vivir más dignamente con un alquiler acuerdo a sus ingresos.
Somos el mundo de los posibles. Estiércol posible el que nos decían era imposible. Somos ciudad. Construida y pensada por todo el mundo desde hace siglos, que se asocia para llegar donde nadie en solitario puede llegar.
Somos derechos, somos ley. Una #LeyViviendaPAH elaborada para garantizar una vivienda digna y asequible por todas y que deje de ser una mercancía de especulación en manso de bancos y fundes buitres.
Asóciate en la fiesta!