¡Salimos a la calle para defender la vivienda para todas! ¡Y es que Barcelona no está en venta!

Este sábado 10 de junio, a las 18:00 h, la plataforma #BCNnoEstàEnVenda ha convocado una gran manifestación en la Plaça Universitat en defensa del derecho a la vivienda, ante la grave situación de expulsión del vecindario que se está viviendo en Barcelona

Las PAHs hemos quedado en la esquina de la calle Pelai con la Ronda Universitat, para ir todas juntas, como “Marea Verde”, a las 17:45 h

Las razones para manifestarnos son muchas. El precio medio actual del alquiler en la ciudad ha subido más de un 17% entre 2014 y 2016, superando el precio máximo que se registró durante los años de la burbuja inmobiliaria. Los alquileres suben porque la dedicación a otros usos distintos a los de vivienda residencial asequible es muy alta y el parque de alquiler se reduce. Además, estamos sufriendo un fuerte proceso especulativo inducido por los grandes tenedores de fincas e inversores, que modifican las condiciones de las viviendas para multiplicar su valor y ponerlas en circulación en los mercados globalizados, provocando que desaparezca el concepto de vivienda como derecho social fundamental para convertirlo en un valor financiero más.

Lo que se ofrece no es una vivienda sino un producto de inversión, que provoca que la juventud tenga cada vez más dificultades para emanciparse y que muchas familias tengan que irse de sus barrios de toda la vida. En este contexto, mientras que los salarios están prácticamente congelados, los alquileres han subido entre un 11% y un 21% en función del distrito, hasta alcanzar una media de 850 € al mes, que equivale al sueldo precario de uno de cada tres residentes en Barcelona. A este aumento hay que añadir la arbitrariedad de los desembolsos exigidos por los propietarios para poder firmar un contrato, que van de los 2.400 a los 4.800 €. En Barcelona, en los barrios más desfavorecidos, el gasto en vivienda supera el 35% de la Renta Familiar disponible, mientras que para los barrios con mayores ingresos representa el 5%.

La emergencia habitacional genera exclusión residencial. A lo largo de 2016, 30.637 personas se han inscrito en el Registro de Solicitantes de Vivienda. Además, la UCER −la Unidad Contra la Exclusión Residencial− ha atendido a un total de 1.574 unidades familiares en procesos de pérdida de residencia. En la ciudad se producen entre 9 y 10 desahucios a la semana y sabemos que el 88,5% eran, entre 2013 y 2015, por impagos de alquiler. Un dato alarmante es que el sinhogarismo este año se ha incrementado. Aunque tiene una explicación multicausal, existen tres factores claves: el aumento del precio del alquiler, un parque público de vivienda totalmente insuficiente para dar respuesta a las necesidades sociales y la precarización del mercado laboral.

La modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) en 2013 garantiza mucho más el derecho a la propiedad inmobiliaria por encima del derecho a la vivienda

Reduce de 5 a 3 años el plazo obligatorio de los contratos.
Permite que el propietario recupere el inmueble pasado el primer año, anunciando la decisión al inquilino con solo dos meses de antelación. Además, si el contrato no está registrado, puede interrumpirlo en caso de que una tercera persona compre la vivienda (nuevo motivo de desahucio).
Se facilita el desahucio reduciendo los tiempos del proceso judicial en caso de impago.

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El parque de vivienda de Barcelona contaba en 2016 con 438.304 viviendas en régimen de alquiler. Dentro de este, el de mercado libre representaba el 31,3% y el de vivienda social solo un 1,5% (6.500 viviendas públicas) en comparación con París, que tiene un 17,2%, o Ámsterdam, que tiene un 48%. También existen en la ciudad cerca de 31.200 pisos vacíos, de los que 2.592 son propiedad de los bancos.

Los alquileres turísticos conocidos representan el 7,7% de media del parque de alquiler de la ciudad. De los 15.881 apartamentos turísticos detectados, el 39,5% carecen de licencia, y de esta oferta total, el 65% se concentra en Ciutat Vella y el Eixample.

El auge de la especulación con la propiedad vertical también se manifiesta en Barcelona con la adquisición, por parte de fondos de inversión, de al menos 76 bloques enteros, algunos con inquilinos dentro, para convertirlos en viviendas de alquiler de lujo que atraerán a personas con mayor poder adquisitivo, lo que provoca la expulsión de los residentes actuales.

En este contexto de emergencia habitacional, se prevé que este año finalicen cerca de 44.000 contratos de alquiler, con la dificultad para las unidades de convivencia de conservar su hogar o de encontrar un alquiler asequible en nuestra ciudad.

¡Por estas razones, convocamos al vecindario barcelonés a manifestarse y dejar constancia de que es necesario otro modelo de ciudad que garantice el derecho a la vivienda para todas!

#10J
#BCNnoEstàEnVenda
#HabitatgePerATotes
#NoEnsFaranFora

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