Un almuerzo de domingo en la PAH
En la tarde del domingo 23 de diciembre nos reunimos unas cuantas personas en la cede de la Plataforma de Afectados de la Hipoteca de Barcelona a celebrar. ¿Qué celebrábamos? Bueno, pues los muchísimos logros de un año muy largo. Muy largo no porque fuese bisiesto sino porque ha sido de mucha lucha. La PAH ha parado cientos de desahucios en este año, ha conseguido miles de daciones en pago y ha recogido cientos de miles de firmas para la ILP a favor de la dación en pago, contra de los desalojos y por un alquiler social asequible.
Pero hoy no solo se celebraban los logros más visibles de la PAH, se celebraban también todos esos pequeños momentos, los que son más difíciles de apreciar en gran escala porque se vuelven cotidianos. Momentos como las asambleas de asesoramiento colectivo que ocurren sin falta cada viernes, donde viejos compañeros y ahora, amigos de lucha, se reúnen para actualizarse en los casos de sus colegas y donde nuevos afectados encuentran un lugar de apoyo y ayuda. Momentos como las miles de reuniones y correos electrónicos que ocurren tras bastidores en un movimiento social para que todo salga bien, o bueno, mas o menos bien pues siempre depende de cómo puedan arreglárselas esas personas, que a veces pasan incluso desapercibidas, pero que voluntariamente entregan su tiempo y parte de sus vidas para que siga en marcha la máquina.
Celebrábamos que para algunos de los que estaban ahí la pesadilla de la hipoteca basura que un día les entregaron ha quedado atrás; ahora pueden recomenzar su vida, y aunque no será fácil, al menos es posible. Celebrábamos que había un grupo de personas a nuestro lado que nos han acompañado desde hace mucho o desde hace poco, y con quienes hemos creado grandes lazos de amistad y solidaridad y que para los que recién empiezan su vida en la PAH, significa la esperanza de un camino que no tendrán que recorrer solos.
Celebrábamos las risas de Eva, siempre con su incansable ánimo, la energía de la Carmè que, jugando con los niños, gritaba cada gol en un arco imaginario, los bailes de Hermera que contagiaba su son latino, al amable Matías que repartía jamones cortados a la perfección, las bromas de Pepe que con su cómplice Rocío fueron los encargados del humor de la tarde, la atenta y paciente dedicación que Carlos daba a cada persona que se le acercaba, la inagotable Ada que trataba de disfrutar del pequeño Luca mientras conversaba con cada uno de los asistentes. Las miles de fotos recogidas por la Elvi, los abrazos de Dunia, las sonrisas del Jose, de la Delia y de la Tati que te encontraban cada vez que cruzabas miradas. Celebrábamos las muchas manos que hoy se unieron no sólo para que comamos, ¡y muy bien!, pero que representan la fuerza de la PAH.
Y bueno, claro, también celebrábamos que se acaba el año, que empieza un nuevo ciclo de vida, que es Navidad y que jugábamos juntos hasta que una nena de 7 años grito ¡Bingo! Y en su ilusión reflejaba la esperanza que cada uno guarda para que la PAH siga cosechando muchas victorias.
¡Salut!
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