Desde 2018 hasta hoy, cada 8 de Marzo hemos salido a las calles más de un millón de personas de toda Cataluña, para denunciar el progresivo endurecimiento de las condiciones de vida y las violencias que padecemos las mujeres, lesbianas y trans en toda nuestra diversidad: sabemos que JUNTAS SOMOS MÁS FUERTES. Hemos incorporado la HUELGA FEMINISTA como herramienta de lucha, repensando día a día los conceptos de huelga y de trabajo, mediante diversas expresiones de autoorganización, soporte mutuo y prácticas políticas descentralizadas, a lo largo de todo el territorio (pueblos, barrios, escuelas, centros de trabajo, universidades, hogares). Somos: mujeres con diversidad funcional, con diversidad sensorial e intelectual, migradas y racializadas, gitanas y payas. Nuestras edades son todas y nos sabemos lesbianas, trans, bisexuales, inters, queers, heteros y asexuales. Somos las que no están: somos las asesinadas, somos las presas, somos las que se quedaron en las fronteras y somos las que se quedaron en el fondo del mar Mediterráneo y de todas las aguas. Hemos gritado unidas desde cada rincón del planeta. Pero, hasta hoy, no se han producido los cambios necesarios a nivel social y político: POR LO TANTO, DE NUEVO, PARAMOS.
DENUNCIAMOS LA EMERGENCIA CLIMÁTICA. Denunciamos la invisibilización y desvalorización de los procesos de sostenimiento de la vida, vinculados a la tierra y a los ciclos naturales, que somos cuerpos que dependen de otros cuerpos, y que los impactos de la crisis socioecológica no son iguales para todas. Los efectos más duros siempre se exportan a las periferias urbanas y globales, al Sur, a las futuras generaciones, mujeres e identidades disidentes
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DENUNCIAMOS el capitalismo y el heteropatriarcado, extractivistas y neoliberales, que nos hacen vivir de espaldas a la Tierra, al Mediterráneo y a nuestra propia existencia. La pérdida de soberanías social, política y económica juntamente con el entramado de los poderes fácticos y la falsa ilusión del crecimiento ilimitado, y la creencia de que vivimos en una democracia que respeta los DDHH y ambientales, destruyen las bases materiales que nos permiten vivir dignamente. La alianza de Estado y capital ha declarado la guerra a la vida.
DENUNCIAMOS que la escalada autoritaria y reaccionaria del capitalismo salvaje amenaza territorios, animales y comunidades, especialmente mujeres indígenas y pueblos originarios. Que criminaliza la protesta y mata. Acelera los fenómenos climáticos extremos como sequías, incendios, huracanes e inundaciones, con las consecuentes expulsiones de los pueblos, procesos migratorios y expansión de enfermedades climáticas y pobreza energética, que nos afectan especialmente.
EXIGIMOS JUSTICIA SOCIAL Y CLIMÁTICA. Exigimos un decrecimiento económico, una transición ecosocial y una cultura regenerativa y feminista, que recupere la soberanía a través de una gestión pública y comunitaria, que garantice el acceso universal de los servicios básicos, como el agua y la energía. Exigimos la defensa de los DDHH y nos solidarizamos con las compañeras que exponen su vida por la defensa del agua, el territorio y los ecosistemas. Nos posicionamos contra las empresas transnacionales y las corporaciones financieras, agentes directos del capital, que avanzan sobre nuestros cuerpos y territorios, pueblos, barrios, monopolizando, controlando, mercantilizando y privatizando los bienes naturales y comunes (tierra, agua, aire, energía, biodiversidad, vivienda, salud, educación, pensiones).
RECHAZAMOS los Tratados de Comercio e Inversión, instrumentos del proyecto capitalista del siglo XXI que es heteropatriarcal, extractivista, racista y colonial, que ataca nuestras vidas y blinda el poder de las transnacionales y multinacionales, frente a nuestros derechos y decisiones democráticas de las comunidades y los pueblos. EXIGIMOS que la defensa de la vida digna, se sitúe en el centro de la economía y la política.
EXIGIMOS LA DEROGACIÓN DE LA LEY DE EXTRANJERÍA, que criminaliza a las migrantas, y el reconocimiento del estatus de refugiadas climáticas. También DENUNCIAMOS las devoluciones en caliente, avaladas por la sentencia de Estrasburgo, el cierre de los CIES, así como todas las formas de racismo.
CELEBRAMOS LA FUERZA Y LA SALUD DE LOS FEMINISMOS DECOLONIALES, interpelando conciencias y haciendo tambalear privilegios desde nuestras expresiones radicales, combativas y sororas.
Denunciamos la creciente precarización laboral que se manifiesta bajo las todas formas: discriminación salarial ( las mujeres cobran el 23% menos que los hombres por el mismo trabajo) la subcontratación, los contratos temporales, jornadas parciales no deseadas, paro y bajos salarios, especialmente en los sectores más feminizados, (comercio al detalle restauración, hostelería, hospitales), la discriminación laboral hacia las mujeres que tienen hijes de poca edad ( maternidad no libre) DENUNCIAMOS también la extrema precariedad laboral de las trabajadoras del sector doméstico y de cuidados, el incumplimiento de los tiempos de descanso obligatorio, la discriminación salarial, el acoso sexual en los lugares de trabajo y las jornadas laborales que no se adaptan a las necesidades de nuestros ciclos de vida. Luchamos por la igualdad de condiciones en el acceso al mercado laboral para las personas trans, especialmente migradas, y exigimos facilidad para hacer congruente nuestra identidad sentida, en los datos de los diferentes documentos administrativos. DENUNCIAMOS la hipocresía de una sociedad que nos rechaza si no tenemos passing o imagen normativa, siendo esta la principal discriminación laboral del colectivo trans. También el paro que afecta duramente a las mujeres con diversidad funcional, diversidad intelectual y/o sensorial dificultando gravemente nuestra autonomía.
EXIGIMOS el reconocimiento de todos los derechos laborales y sociales de las trabajadoras, generalmente migradas, de los ámbitos más precarizados: cuidados, trabajo doméstico, venta ambulante y trabajo sexual. Rechazamos cualquier juicio moral ante las diferentes estrategias de supervivencia económica de las mujeres trabajadoras en este mundo capitalista y consideramos imprescindible nuestro reconocimiento como sujetos políticos: NINGUNA MUJER SIN DERECHOS, NO LUCHAREMOS SOLAS NUNCA MÁS.
EXIGIMOS la ratificación del Convenio 189 de la OIT para la dignificación del trabajo del hogar y de los cuidados, la derogación de todas las leyes laborales vigentes, como también la enmienda 6777 que no permite hasta fines del 2024, la integración al Régimen General de la Seguridad Social.
EXIGIMOS protección efectiva para las supervivientes de trata de personas, con finalidad de explotación sexual. Una lacra que responde a la necesidad de una nueva esclavitud por parte del sistema, y que se utiliza también como excusa para perseguir y controlar la migración, al mismo tiempo que existe gracias a las mismas políticas de fronteras. Hay trata de seres humanos en multitud de sectores y su causa no es la prostitución, sino el cierre de las fronteras europeas, las restricciones que impone la Ley de Extranjería y la clandestinidad obligatoria en la cual se desarrollan los proyectos migratorios. Se necesitan alternativas laborales no precarizadas, para que la prostitución no tenga que ser en ningún caso un destino que beneficie a las mafias.
LLAMAMOS A LA AUTOORGANIZACIÓN Y LA REVUELTA FEMINISTA:
Para construir unas vidas dignas, libre de violencias machistas e institucionales. Denunciamos la violencia sexual, como expresión de la apropiación patriarcal de nuestro cuerpo, que nos afecta a todas y más a las migradas, las racializadas y a las trabajadoras del hogar y los cuidados, o a las mujeres que viven en las calles. Denunciamos la LGTBIfobia social, institucional y laboral que padecemos muchas de nosotras, como otra forma de violencia machista.
EXIGIMOS políticas públicas, recursos y medios suficientes para todas en el sistema de protección y recuperación frente a las violencias machistas. QUEREMOS protocolos y circuitos diversos. Las mujeres no somos homogéneas. Basta de re-victimización. ¡NO SOMOS VÍCTIMAS, SOMOS SUPERVIVIENTES! Y HEMOS SOBREVIVIDO GRACIAS A LA SORORIDAD Y A LA AUTODEFENSA FEMINISTA.
Tampoco olvidamos que desde el 1 de Octubre de 2017 vivimos una fuerte deriva represiva en Cataluña. EXIGIMOS la libertad de las presas políticas, el libre retorno de las exiliadas y la cancelación de todas las causas abiertas por haber ejercido el derecho de autodeterminación en nuestro país. EXIGIMOS el fin de la violencia policial, la judicialización de la política y la criminalización del derecho a la protesta. La solidaridad, nuestro amor y nuestra fuerza, también para señalar un sistema penitenciario que condena la disidencia política y la pobreza y donde todas las presas padecen discriminaciones, violencias cotidianas y perpetuación de los mandatos del patriarcado.
Este año queremos nombrar a las mujeres supervivientes de la mal llamada “guerra contra las drogas” que en sí misma tiene efectos sobre la vida y la salud de las mujeres mucho peores de los de las mismas substancias: estigma por consumir y por romper con los roles tradicionales,cárcel, violencias machistas e institucionales, vivir en las calle. Las mujeres que usamos drogas no pedimos asistencialismo, reclamamos derechos, en definitiva vivir seguras y libres y CELEBRAMOS CON ALEGRÍA NUESTRAS VOCES Y EXPERIENCIAS DE AUTOORGANIZACIÓN ALREDEDOR DEL MUNDO. SUPORT, DON’T PUNISH!
Denunciamos la justicia PATRIARCAL, heredera del franquismo, decimos NO a la LEY MORDAZA y ante la represión durante las movilizaciones feministas de las huelgas anteriores, LLAMAMOS A LA DESOBEDIENCIA, ante la ofensiva fascista y el fundamentalismo religioso que en nuestra casa llamamos nacionalcatolicismo. BASTA DE FINANCIAR CON FONDOS PÚBLICOS A LA IGLESIA CATÓLICA Y FUERA SUS ROSARIOS DE NUESTROS OVARIOS!!
LLAMAMOS A LUCHAR POR LA CENTRALIDAD DE LA VIDA, POR LA DESPATRIARCALIZACIÓN DE NUESTROS CUERPOS Y DESEOS, POR UNAS VIDAS DIGNAS Y SIN VIOLENCIAS.
EXIGIMOS: ser protagonistas de nuestra salud y de nuestros cuerpos, sin ningún tipo de presión estética. Nuestros cuerpos no son mercadería ni objetos. La investigación y la práctica médica tienen aún un sesgo de género androcéntrico que hay que cambiar de arriba a abajo, queremos un tratamiento de la salud de las mujeres con perspectiva integral y diferencial. Y recordamos que la ginecología patriarcal fue construida a partir de la experimentación cruel sobre mujeres racializadas y esclavas en el siglo XIX. Luchamos por una verdadera ginecosofia, para recuperar nuestros saberes y ponerlos al alcance de la salud y exigimos la DESPATOLOGIZACIÓN de nuestras vidas, nuestras emociones, nuestras circunstancias: la medicalización que responde a intereses de grandes empresas, y no a nuestra salud.
DENUNCIAMOS el crimen patriarcal que la mutilación genital femenina impone a nuestros cuerpos, nuestros derechos y nuestra salud. Nos queremos íntegras, tal como somos, y no toleraremos que el patriarcado nos corte, sea cual sea la razón esgrimida, pues no puede existir motivo cultural, religioso ni tradicional que intente justificar esta lacra.
QUEREMOS decidir ser madres o no, y por ello seguiremos luchando para garantizar el derecho al aborto seguro, libre y gratuito, dentro de la red pública de la salud, así como todos los derechos sexuales y reproductivos para todas las mujeres, especialmente menores de edad, mujeres en situación de irregularidad administrativa y todas aquellas que padecen diferentes estigmas sociales.
QUEREMOS MATERNIDADES LIBRES, respetadas y sin violencia obstétrica. Las mujeres vivimos la maternidad de diferentes maneras y situaciones, de acuerdo con nuestro entorno social y cultural. Eso nos invita a visibilizar los procesos sexuales de las mujeres, incluso embarazo, parto, postparto, lactancia y primera crianza; y dotarlos de derechos y recursos para poder vivir dignamente, con permisos amplios y transferibles, sea cual sea nuestro modelo familiar. QUEREMOS que las madres migrantas, aquellas que se han visto obligadas a dejar sus países por miedo a ser asesinadas, vivan sin la constante angustia frente a la amenaza de la retirada de custodia, por no ejercer la maternidad según el modelo eurocéntrico. Modelo que obliga a integrarse y a olvidar las raíces, que genera pobreza con modelos administrativos, avalados por la Ley de Extranjería y que limita el acceso al ámbito laboral.
No olvidamos tampoco que la mayoría de personas afectadas por los desahucios son mujeres y criaturas, así como el hecho de que somos precisamente las mujeres las primeras en poner nuestros cuerpos ante la policía para parar desahucios cada día. Si las administraciones públicas no garantizan para todas una vivienda digna, lo continuaremos haciendo nosotras con ocupaciones y acción directa. ¡¡¡SOLIDARIDAD ACTIVA Y APOYO MUTUO EN CADA BARRIO, EN CADA PUEBLO!!!
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REIVINDICAMOS Y CONSTRUIMOS, TAMBIÉN DESDE BARRIOS Y PUEBLOS. ESCUELAS PÚBLICAS FEMINISTAS.
Frente a las escuelas privadas, concertadas y especialmente las del Opus Dei que segregan por sexo, que fomentan valores reaccionarios, seguimos denunciando las políticas neoliberales que quieren utilizar la educación como mercancía. La extrema derecha y el fascismo han vuelto a la ofensiva con el fantasma del adoctrinamiento y un último invento: el pin o veto parental, que hasta atenta contra el marco internacional del Derecho de la Infancia. EXIGIMOS la retirada de fondos públicos a las escuelas concertadas en favor de una red de educación pública, laica, inclusiva, gratuita y con perspectiva de género. La coeducación afectivo-sexual y la formación del pensamiento crítico han de ser transversales y presentes en todas las etapas educativas.
QUEREMOS ACOMPAÑAR LA DIVERSIDAD AFECTIVA-SEXUAL, CORPORAL Y DE GÉNERO EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA, construyendo entornos que rompan con los estereotipos de género, que posibiliten la exploración libre y el crecimiento individual y colectivo, y que no nos obligue a encajar en cuerpos, identidades y sexualidades binarias ni normativas.
QUEREMOS COMUNIDADES QUE ACOMPAÑEN Y NUTRAN TODOS LOS CICLOS DE NUESTRAS VIDAS.
Para dejar de vivir aisladas unas de otras, con una mención especial a las mujeres mayores, su sabiduría y sostén, que merece de todos el derecho a alcanzar un envejecimiento digno y con afectos y reconocimientos: PENSIONES DIGNAS (con reconocimiento pleno de los trabajos de cuidados y agrario) Y REDES COMUNITARIAS AUTOGESTIONADAS DE CUIDADOS!!.
HOY, 8 DE MARZO CELEBRAMOS TODAS NUESTRAS RESISTENCIAS Y CREATIVIDADES COLECTIVAS.
Porque no se esperaba que sobrevivieramos, porque los silencios no nos protegieron y no nos protegerán. Desde Rojava a Chile, México, Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina, Brasil, Nicaragua, Palestina, India, Sud África, Nigeria… los latidos de las mujeres que luchan en todo el mundo son nuestros latidos.
Hoy, 8 de Marzo de 2020, estrenamos década con el deseo de conseguir hacer efectivos todos los derechos y todas las libertades para todas. Sabemos que la empresa es titánica: lo queremos todo. Sintiendo la Tierra gritar, sabemos que tenemos la fuerza y el empuje de ser millones para conseguirlo. Ante la guerra del capitalismo contra la vida, nos declaramos COMUNIDADES DE LUCHA Y RESISTENCIA, y CELEBRAMOS NUESTRAS ALIANZAS, muy por encima de nuestras diferencias.
JUNTAS Y DIVERSAS POR UNA VIDA DIGNA
¡¡¡AUTOORGANIZACIÓN Y REVUELTAS FEMINISTAS CONTRA LA PRECARIEDAD Y LAS FRONTERAS!!!!